Corría el año 2014 cuando, allá por primavera, escuché por primera vez el nombre de este cereal: teff. Las encargadas de ponerlo de moda en nuestro país fueron las siempre influencers en general, y en alimentación en particular, Gwyneth Paltrow y Victoria Beckham. Aunque en aquel momento comprar teff era algo complicado, desde entonces, su consumo ha ido creciendo en España y hoy es frecuente encontrarlo, no solo en supermercados, sino formando parte de platos en algunos restaurantes.

Durante estos días de grandes comilonas encadenadas resulta casi inevitable que algunas sobras se vayan acumulando en nuestro frigorífico. Cada vez que abrimos el electrodoméstico donde todo se apiña, las sobras nos miran desde su tupper o bajo el papel de aluminio poniendo cara de pena:

- ¡Cómeme! ¡cómeme!

Hemos hablado en otras ocasiones de distintos tipos de sándwiches: 5 sándwiches de atún, 5 salsas saludables para sándwiches… ¡e incluso de cómo preparar el sándwich perfecto! Sí, porque el sándwich perfecto existe.

Llevamos comiendo pan prácticamente desde que el mundo es mundo. Por concretar un poco, podríamos decir que el consumo de pan se remonta, al menos, hasta el neolítico ya que en  excavaciones relacionadas con esta etapa se han descubierto restos de pan. 

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la palabra salsa en primer lugar como: “Composición o mezcla de varias sustancias comestibles desleídas, que se hace para aderezar la comida”. Por otro lado, es frecuente que utilicemos expresiones como “estos momentos son la salsa de la vida” o “fulanito está en su salsa” ya que la segunda acepción de la RAE es “cosa que anima o alegra”

Las semillas de lino siempre han estado ahí. A diferencia de las semillas de chía, que han saltado a la fama recientemente como “superalimentos”, las semillas de lino son viejas conocidas. Tanto, que ya se utilizaban en el antiguo Egipto para múltiples usos que continúan vigentes hoy en día. El lino se ha empleado a lo largo de la historia con fines terapéuticos, alimenticios y ¡hasta para crear tejidos y prendas! ¿Quién no ha tenido unos pantalones de lino?